miércoles, noviembre 01, 2006

Cine Italiano


El otro día fui a ver Il Caimano, la última película de Nanni Moretti.
Este director suele jugar con la narración dentro de la narración. En este caso bajo el tema de una aparente crítica a Berlusconi se esconde la historia de una jovencísima directora de cine y un productor maduro y "fracasado". ¿O era al revés?
Me sorprendió la cantidad de "estilos", tonos y caracteres que discurren a lo largo de la cinta. Para cada situación, para cada ambiente, para cada diálogo, un encuadre, una estética, una fotografía, una escenografía, y una referencia ( a los muchos estilos cinematográficos ) distinta:
lo hiper-realista se mezcla con lo poético, con lo grotesco, con el negro... y de background por supuesto todas las huellas de los grandes italianos, de Fellini a Bertolucci, y Benigni ( esta referencia me gusta menos).
A pesar de un aparente discurso irreal dentro de lo real, y la primera sensación de incoherencia, la película representa, más que la supuesta crítica a Berlusconi, los sentimientos más humanos rescatados de tipos -no tan comunes de todas formas- del entorno actual. Transmitidos sobre todo en -por supuesto diálogos-, pero sobre todo algunos silencios, algunas miradas y algunas fotografías.
Esos dos mundos, aparentemente separados, en la narrativa visual, se acaban mezclando, de la misma forma que la situaciones "reales" se están produciendo en el mismo entorno y circunstancia que se pretende aislar -que los personajes y el espectador desean aislar- a otro discurso narrativo, para establecer una distancia y una perspectiva crítica. O quizá..¿lo más objetivo es lo que se quiere aislar en teoría, y realmente son sus verdaderos sentimientos lo que los personajes finalmente han encerrado y desbrozado en un discurso visual?
En cualquier caso, el aparente humor entraña unos caracteres muy dibujados en los personajes: la no tan joven Teresa a pesar de su edad, y la ignorancia infantil de muchos otros adultos. En toda esta fragmentación vamos aprendiendo de cada uno, y lo que al principio es una situación graciosa, divertida, distante, y objetiva, u objetivada, nos termina implicando en los dos discursos el real y el irreal, y los une para ponernos en una postura crudamente crítica ante el mundo actual y ante nosotros. La vida misma.
Por cierto, la recomiendo. : )

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